En las Convivencias se combinan prácticas de piedad cristiana con clases sobre la familia, el trabajo profesional específico y, en general, los diversos desafíos que enfrentan los cristianos de hoy.

Así como dedicamos tiempo al trabajo, también lo necesitamos para el descanso del cuerpo y del espíritu. Pero, descansar no consiste en no hacer nada, sino que es una ocasión para cambiar de ocupación e invertir el tiempo en adquirir nuevos conocimientos o profundizar en los que ya tenemos.

Las Convivencias son también una oportunidad de compartir con otras personas y de enriquecerse mutuamente en un clima distendido y familiar.

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No dejes que te lo cuenten, vívelo en primera persona. Sé la protagonista de esta historia…

TIEMPO PARA FORMARSE

San Josemaría tuvo una tertulia multitudinaria el 14 de febrero de 1975 en los jardines de Altoclaro. A la pregunta sobre ¿Cómo compaginar la atención a la familia con la necesidad de dedicar un tiempo a la formación y al apostolado? Respondió:

«Tocas un tema muy actual. Los que lo resuelven ven que es muy fácil hacer las dos cosas: atienden mejor a la familia, si atienden más a su alma, a su formación personal, espiritual. Díselo de mi parte a esos amigos tuyos. Explícales, además, que -si quieren- multiplicarán las horas de su jornada. Los que no me interesan tanto -me interesan también-, son los que no encuentran tiempo para nada, porque tienen el día lleno de vacío. Pero los que trabajan, me interesan mucho; ésos sacan tiempo de verdad, para formarse mejor cada día; y esa formación redunda en beneficio de la paz familiar, en la alegría y en el bien de los suyos. Que hagan la prueba y verán».